Sapoblog

Día de los muertos: Recetas para sanar el dolor

En México existe una tradición que se dice pre hispánica, aunque algunos antropólogos no están tan de acuerdo, y que se transmite de generación en generación. El día de los muertos es una celebración de la vida y el legado de los antepasados. Con la llegada de los españoles la festividad se circunscribió al 1 y 2 de noviembre, coincidiendo con las celebraciones del calendario católico de los días de los difuntos y de los santos, pero, antiguamente se festejaba durante dos meses. En la actualidad es una mezcla de ambas creencias, aunque los elementos de la cultura originaria primaron por sobre la católica.

Esta celebración de la que también participan algunos pueblos originarios de Bolivia, Guatemala y América Central, es tan importante que en el año 2008 la Unesco la declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Yo no soy mexicana. Tampoco tengo ancestros que hayan pertenecido a los pueblos originarios de Latinoamérica sin embargo, desde hace tiempo que vengo pensando en celebrar el día de los muertos, el día de mis muertos. Esta decisión, no vayan a creer, me trajo una serie de dudas existenciales, producto tal vez de mi educación, herencia cultural, o como quieran llamarle.

Probablemente no sea la única persona que el 1 y 2 de noviembre se pregunte si tiene derecho a sanar el dolor de la partida de sus seres queridos con una fiesta con la que 'no me criaron y de la que siquiera supe de su existencia hasta hace bastante poco'.

Personalmente me cuestiono si seré etiquetada como 'apropiadora cultural' como se suele tildar ahora a la gente que practica costumbres que no son las suyas porque le parecen una moda cool, que no es mi caso. Me niego a ser juzgada sin ser culpable.

Nacemos en el seno de una familia donde se nos dice quiénes somos y en qué debemos creer, —y en qué no—, qué es lo bueno y qué es lo malo, muchísimas veces sin matices ni justificativos.

En mi vida adulta vivo en un lugar que no es el de mi origen. Mis antepasados, por su parte, vivieron en lares muy distantes a los que habían nacido y lo siguieron añorando hasta el mismísimo día en que murieron.

Hace algunos años, cuando mi hija era todavía chiquita me vi festejando Halloween, una fiesta que probablemente habría combatido si nunca hubiera emigrado, lo admito. Pero, precisamente, el hecho de vivir lejos de mi país me daba cierta impunidad y la excusa perfecta en pos de la ansiada integración a la cultura del país en el que vivo y la festeja fehacientemente año tras año (un poco menos en el 2020 a causa del coronavirus). Pero, a decir verdad, Halloween nunca me gustó, tal vez porque no soy fan de dibujar heridas donde no las hay.

Siguiendo con el día de los muertos en México, mucha gente visita a sus difuntos en los cementerios, pero quienes emigramos no podemos hacerlo por obvias razones. Mis últimas visitas al cementerio, en mi país de origen, me dejaron una desazón enorme, una tristeza sin nombre... Cada vez creo menos en ciertas cosas, y una de ellas son los cementerios.  

Personalmente no soy materialista, no acumulo, pero sí conservo de todos a quienes quise algo que amaron en sus vidas: un chaleco, un anillo, un libro, fotos... Ser una especie de guardiana de sus tesoros me hace bien. En el festejo del día de los muertos colocar un objeto amado por el difunto es importante, una simbología de lo que dejaron y nos legaron, pero también con el que puedan reencontrarse.

Para celebrar el día de los muertos al modo mío, simplificado y por absoluta intuición, encenderé una vela por cada uno de mis ancestros (incluyendo a mis mascotas y amigos), colocaré el objeto que me hace recordarles junto a su foto y comeré una de sus comidas preferidas, dándome a mi misma una oportunidad para celebrar en vez de llorar.

No es apropiación, es apenas una llave que me permite, al igual que a muchas personas en el mundo, creer que estarán abrazándome una vez más. Porque, como toda receta en mi recetario, si el resultado es bueno, es bienvenida. 

¿Cómo se hace para curar una herida? Celebrando la vida donde la hubo, no hay otra respuesta posible.

Dejame tu comentario, y no te olvides de compartir si te gusta lo que escribo laughing

Hasta la próxima.

 

Te puede interesar >> Directorio de Psicólogos en Londres

 

¿Querés recibir nuestra Newsletter?

 
 

 

 

 

 

 

© 2023 Sapo de otro pozo. Todos los derechos reservados. Designed By oscarflores.uk